Científicos ecuatorianos y colombianos realizaron una expedición científica para calcular la población de estos cetáceos en la Amazonía Norte del Ecuador, como parte de la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica.
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El volcán Reventador y su hongo de ceniza dibujado en el horizonte son signo de que la Cordillera Oriental ecuatoriana ha quedado atrás, y por delante se expande la planicie amazónica. El equipo WWF-Ecuador y la Fundación Omacha se dirige hacia la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno con un objetivo claro: buscar delfines de río para realizar una estimación de sus poblaciones.
Esta expedición es parte de los esfuerzos de SARDI, la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica, un colectivo de organizaciones de la región que busca impulsar la investigación y conservación de estos mamíferos y sus ecosistemas desde un enfoque regional y transfronterizo. El año pasado, gracias a esfuerzos de investigación a través del marcaje satelital de delfines en Bolivia, Colombia y Brasil, los delfines rosados fueron incluidos en la lista roja de la UICN, que los clasifica como “en peligro de extinción”. Previamente, no existían los datos suficientes para asignar a esta especie una categoría según su estado de conservación.
Esta clasificación implica poner en evidencia la necesidad de trabajar en la conservación de los delfines de río amazónico, pero es solo el inicio de un largo proceso. El 19 de marzo del 2019, un equipo de científicos ecuatorianos y colombianos emprendió una expedición al Río Aguarico y sus afluentes, en la Amazonía Norte del Ecuador. La expedición inició en la zona turística de la Laguna Grande de Cuyabeno, donde actualmente existen catorce establecimientos turísticos a donde llegan, aproximadamente, 16800 turistas cada año, muchos de ellos atraídos por los míticos delfines amazónicos.
La expedición tuvo una duración de tres días con jornadas de 12 horas de trabajo, recorriendo en lancha cuatro de los ríos del sistema lacustre de Cuyabeno: Aguarico, Lagartococha, Cuyabeno y Cocaya. Durante la misma, se recorrieron en promedio de 10 a 12 km por hora. La progresión es lenta pues se deben recoger datos y anotarlos correctamente en los formularios de campo. El objetivo primordial es avistar la mayor cantidad de delfines posible, y para lograrlo, deben prestar toda su atención a los sutiles movimientos causados por estos mamíferos. Utilizando una metodología aprobada y avalada por la comunidad científica de SARDI, los datos obtenidos permitirán a los científicos muestrear individuos en esta área para determinar el tamaño de sus poblaciones, identificar sus hábitats, áreas importantes para la conservación y determinar las amenazas a las que se enfrentan.
La expedición es un éxito. Después de un arduo trabajo, el equipo avistó 48 individuos de las dos especies de delfines de río que existen en el Ecuador. La gran mayoría, 45 de ellos, son los ya conocidos delfines rosados (Inia geoffrensis)y los otros tres individuos son delfines grises(Sotalia fluviatilis), una especie mucho menos común en la zona del Cuyabeno. El avistamiento de estos particulares individuos emociona profundamente a los científicos involucrados. El último estudio realizado en el año 2012 para determinar la diversidad biológica y cultural del corredor trinacional de áreas protegidas La Paya, Cuyabeno, Güeppi Sekime, determinó que en la zona del Ecuador se pudieron observar de 21 a 32 individuos de delfines de las especies mencionadas anteriormente.
A pesar de que la expedición fue un éxito con respecto a la cantidad de individuos observados, la realidad en el Ecuador, y en toda la región, es otra. Estos mamíferos se encuentran amenazados a lo largo y ancho de la Amazonía por una variedad de razones. La más importante es la degradación de su hábitat, los ríos. La contaminación causada por la minería, las prácticas agrícolas y el mal manejo de aguas residuales en centros urbanos río arriba, han degradado la calidad del agua y afectado a los delfines y sus presas. Además, la construcción de infraestructura como hidroeléctricas y represas causan interrupciones en el flujo de ríos, y no permiten que delfines, y cientos de otras especies, circulen libremente por los ríos amazónicos. Finalmente, en ciertos lugares de la Amazonía, los delfines son cazados y su carne es utilizada como carnada para la pesca de especies comerciales.
La Amazonía norte del ecuador es un punto estratégico para la investigación y conservación de esta especie. Es por ello que las investigaciones de estos mamíferos en el Ecuador y la región continuarán desde WWF y con el apoyo de SARDI.
La conservación de los delfines de río es clave para la salud general del bioma amazónico. La Amazonía es una región que se caracteriza por su almacenamiento de agua, en realidad, 20% del agua dulce del mundo está albergada en el bioma amazónico. Su rol de regulación del clima y captación de CO2dependen en gran parte de las grandes cantidades de agua disponibles. Sin embargo, la calidad del agua es igual de importante que la cantidad. Los ecosistemas acuáticos amazónicos son ecosistemas vivos y el hábitat de aproximadamente 800 especies de peces.
Los delfines son clave para mantener el estado de salud de los ecosistemas acuáticos amazónicos, pues son lo que se conoce como una especie paraguas. Al estar ubicados en el peldaño más alto de la cadena alimenticia, su estado de conservación es un reflejo de la salud general de los ríos. Cuidar los delfines es sinónimo de cuidar los ríos amazónicos, y solo asegurando su estado de conservación a lo largo de la región y trabajando con un enfoque transfronterizo, se logrará asegurar el bienestar del bioma amazónico. Así, esta expedición se suma a más de cinco que se han hecho en Bolivia, Perú, Brasil y Colombia, como parte de la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica.